jueves, 14 de febrero de 2013

Revista Numerocero. La trastienda: ilustradores


A revista Numerocero ven de publicar unha reportaxe en dúas entrega sobre a situación actual da ilustración no estado español. O artigo está confeccionado partindo de fragmentos de entrevistas a distintos ilustradores (Manuel Donada, Ricardo Cavolo, Puño, Abel Cuevas, Ana Bustelo, Iván Solbes, Eulogia Merle, Johnatan Millán e eu mesmo). Aparte dos enlaces, deixo a que foi a miña entrevista completa, que me levou demasiado chollo como para deixala a criar pó virtual.

La trastienda: ilustradores (parte 1)
La trastienda: ilustradores (parte 2)



¿Cómo entraste en contacto con el mundo de la ilustración?
Como todo el mundo, a través de cuentos, libros ilustrados, tebeos, dibujos animados... Son las primeras formas culturales por las que comienza a mostrar interés un niño. Particularmente, desde pequeño me asombró la capacidad de síntesis de los dibujantes a la hora de traducir formas o incluso sensaciones reales complejas a signos gráficos más o menos sencillos, a un lenguaje propio. La nariz de Mortadelo, los brazos de Popeye, la espiral sobre la cabeza de Tintín... son formas que para mí no han perdido el misterio y a las que, día tras día, me he venido afanando en perseguir.

¿Has tenido algún tipo de formación académica relacionada con el dibujo o bellas artes?
La base de la formación que recibí en Bellas Artes era esencialmente conceptual, algo que me ha resultado muy útil a la hora de trascender lo visual en mis proyectos. Sin embargo, la ilustración, el cómic y determinadas formas de dibujo no encajaban dentro del -falso- discurso interdisciplinar imperante en la facultad. La mayoría de los profesores las consideraban artes menores y quien quería trabajar en esa dirección lo debía hacer al margen de las clases, experimentando y aprendiendo de los compañeros, que al final son los verdaderos maestros.

¿Cuál ha sido tu mayor influencia para decidirte a ser ilustrador?
En realidad nunca decidí ser ilustrador, ni siquiera me considero tal. Simplemente he ido siguiendo un camino vocacional sin demasiadas pretensiones que me ha traído a donde estoy hoy. En ese camino ha habido muchísimas influencias no necesariamente relacionadas con la ilustración, sino más bien con el dibujo: las sesiones de dibujo familiares, en las que mis padres o entre mis hermanos y yo proponíamos objetos, personajes o gestos y jugábamos a ver quién lo hacía mejor o más gracioso; los dibujos de Conan de mi primo, el pintor Juan Rivas, y los muñecos de su hermano Jose; unos raposos muy esquemáticos que dibujaba mi padre; Lucky Luke, Astérix y Obélix, Tintín, Mortadelo y Filemón, Calvin y Hobbes, Carlitos, Disney, Hannah Barbera, Ren & Stimpy, los mundos de Jim Henson... Me podría pasar horas escribiendo nombres. Más adelante, me marcó profundamente conocer el punk, el cómic underground, los fanzines... La música ha estado siempre presente. Y, por supuesto, haber tenido la suerte de conocer, hacer cosas y, en muchos casos, trabar amistad con gente como Natalia Umpiérrez, Carletti, Olmo Cuña, Brendel, Sara García, Alberto Iglesias, Kardos Bueu, Liqen, Pelucas, Haz, Jaime Olmedo...

¿Se puede vivir trabajando exclusivamente en el mundo de la ilustración?
Aquí ya nada parece posible. A diferencia de otros países, no hay una estructura seria, no hay respeto ni tradición. Se sigue confundiendo lo bueno con lo barato o, lo que es peor, lo bueno con lo gratis. A nadie le importa la calidad de una ilustración tanto como su precio, la rapidez con la que sea hecha o quien la firme. La ilustración en sí es lo último, no importa, es musiquilla de fondo, lo que implica no apreciar el proceso que hay detrás y, en consecuencia, desconocer su valor real. Puede haber algún mes bueno, pero pagar un alquiler y comprar comida dedicándose en exclusiva a la ilustración es, a día de hoy, extremadamente difícil.

En algunas ocasiones, la gente confunde diseño gráfico con ilustración ¿Cómo les explicarías la diferencia entre uno y otro?
No me siento capacitado para trazar una línea que separe una cosa de la otra. Tampoco me preocupa demasiado. De hecho, me encuentro muy cómodo en ese territorio fronterizo donde, en torno al dibujo, se reúnen también el cómic, la animación, el grabado o la pintura. Sí considero fundamental el papel del dibujo. A un diseñador que no dibuja se le ve a kilómetros el peluquín. Alucino al ver el trabajo de gente como Milton Glaser, Geoff McFetridge o James Jarvis, donde las disciplinas se funden al servicio de un todo orgánico, de un mundo propio.

¿Crees que se valora de una manera justa el valor de la ilustración en el mundo editorial?
Mi experiencia en el mundo editorial ha ido principalmente ligada a la autoedición, por lo que nunca he esperado nada de nadie ni tengo demasiados argumentos. Últimamente han ido apareciendo por el estado unas cuantas editoriales más bien pequeñas pero con muy buen gusto y mucho respeto por lo artístico. Su afianzamiento sería una noticia de lo más esperanzador.

¿Con qué tipo de encargos te sientes más a gusto? ¿Y cuáles no aceptarías?
En general, no me siento cómodo trabajando por encargo. Poco a poco me he ido acostumbrando, como quien se acostumbra a madrugar, pero disfruto mucho más de mis propios proyectos. Como abstemio convencido, no me interesa nada relacionado con el alcohol o el tabaco.

¿Cuáles son tus ilustradores favoritos?
La respuesta real sería infinita. Últimamente me lo flipo con Antoine Marchalot, la gomosidad de Jacovitti, Gottfredson, el Prison Pit de Johnny Ryan, Leon Sadler, Carl Barks, las animaciones de David O´Reilly, Bendik Kaltenborn, Ronald Searle, Nacho García, Felipe Almendros... ¡Yo que sé!

¿Podrías definir en una sola frase en qué consiste tu trabajo?
Hace ya un tiempo decidí no preocuparme por definir mi trabajo. En la Facultad de Bellas Artes era algo que se exigía continuamente y que, al menos en mi caso, sólo funcionaba como mecanismo de bloqueo. No necesito un discurso pues ya está en el propio hacer.

4 comentarios:

Francisco J. Martínez dijo...

coño! por fin unha boa entrevista no embrollo este de puto mundo que chaman á internete!

Berto Fojo dijo...

¡Ese coach!

LOLA LORENTE dijo...

pasote

Berto Fojo dijo...

¡Gracias, Lola!